miércoles, 5 de octubre de 2011

Santoral Católico 5 de Octubre

  • San Plácido y sus Compañeros, Mártires
  • San Elián, Obispo
  • Santa Gala, Viuda
  • Santa Flora de Beaulieu, Virgen
  • San Raimundo Capua, Monje Dominico
  • San Apolinar, Obispo de Valence
  • San Mauricio de Carnoët, Abad
  • Santos Mauro y Plácido, Monjes
  • Beata Felicia Meda, Virgen 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. 
R. Deo Gratias.

SAN PLÁCIDO
y
COMPAÑEROS
Mártires


Quien llamare fatuo a su hermano,

será reo del fuego del infierno.
(Mateo, 5, 22)

Tértulo, noble romano, entregó su hijo Plácido a San Benito, para que lo hiciese ingresar en su Orden. Bajo un director tan competente, hizo Plácido rápidos progresos en el camino de la perfección. Un día, estando en  Sicilia, en un monasterio que había fundado, fue capturado por los moros con los demás religiosos de su monasterio. Estos bárbaros les hicieron sufrir toda clase de tormentos para obligarlos a renegar de la fe; pero  estos ilustres soldados de Jesucristo, animados con el ejemplo de su jefe, obtuvieron la corona del martirio.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MALEDICENCIA

I. Dios aborrece tanto la maledicencia, que amenaza con el infierno a quien diga mal de su hermano. Ten cuidado, pues, de este vicio, tan común entre los hombres y tan fácil de cometer: basta una sola palabra, un gesto, para destruir la reputación de tu prójimo, es decir, para arrebatarle lo más precioso que hay después de la gracia de Dios. ¡Qué fácil es comprometer la reputaci6n de los demás, y qué difícil repararla! Aprende a enderezar tu vida en lugar de criticar las de los demás. (San Jerónimo).

II. Nos hacemos culpables para con el prójimo de calumnia, diciendo de alguien el mal que no ha hecho, o de maledicencia, divulgando sin necesidad el mal que ha hecho, En ambos casos se peca contra la justicia y la caridad. También es una falta disminuir la alabanza debida a las virtudes de los demás, exagerar las faltas de que son culpables, o condenar la intención si sus acciones son buenas. ¿Cuántas veces al día cometes estas faltas contra tu prójimo? ¿Te gustaría que te trataran igual ?

III, Imponte una penitencia toda vez que hayas hablado mal de tu prójimo, y repara lo antes posible el daño que le hayas hecho, Si se habla mal de ti, busca consuelo en el testimonio de Dios y de tu con ciencia. Discípulo de un Dios calumniado, ¿qué derecho tienes de quejarte? Si se habla mal de otros estando tú presente, no oigas al maledicente, desvía la conversación con habilidad. interrúmpela si tienes autoridad como para ello. Donde no hay quien escuche la maledicencia, no hay maledicente. (San Jerónimo).

La caridad
Orad por la enmienda de los detractores.

ORACIÓN

Señor, que nos concedéis la gracia de celebrar el nacimiento al cielo de vuestros mártires San Plácido y sus compañeros, hacednos gozar con ellos de la felicidad eterna. Por J. C. N. S. Amén.

Fuente: http://devocioncatolica.blogspot.com/

Evangelio del día (Calendario Tradicional) - 5 de octubre de 2011

Lucas 14,1-11


Lucas 14:1-11 Nacar Colunga -  Habiendo entrado en casa de uno de los principales fariseos para comer en día de sábado, le estaban observando.  (2)  Había delante de él un hidrópico.  (3)  Y tomando Jesús la palabra, habló a los doctores de la Ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito curar en sábado o no?  (4)  Ellos guardaron silencio. Y, asiéndole, le curó y le despidió,  (5)  y les dijo: ¿Quién de vosotros, si su hijo o su asno cayere en un pozo, no le saca al instante en día de sábado?  (6)  Y no podían replicar a esto.  (7)  Decía a los invitados una parábola, observando cómo escogían para sí los primeros puestos:  (8)  Cuando seas invitado a una boda, no te sientes en el primer puesto, no sea que venga otro más honrado que tú, invitado por el mismo,  (9)  y, llegando el que al uno y al otro os invitó, te diga: “Cede a éste tu puesto,” y entonces, con vergüenza, vayas a ocupar el último lugar.  (10)  Cuando seas invitado, ve y siéntate en el postrer lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Entonces tendrás gran honor en presencia de todos los comensales,  (11)  porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

Biblia versión Torres Amat
Luc 14:1  Y sucedió que habiendo entrado Jesús en casa de uno de los principales fariseos a comer un día de sábado, le estaban éstos acechando.
Luc 14:2  Y he aquí que se puso delante de él un hombre hidrópico.
Luc 14:3  Y Jesús vuelto a los doctores de la ley y a los fariseos, les preguntó: ¿Es lícito curar en día de sábado?
Luc 14:4  Mas ellos callaron. Y Jesús , habiendo tocado al hidrópico, lo curó, y lo despachó.
Luc 14:5  Dirigiéndose después a ellos, les dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo no le sacará luego, aunque sea día de sábado?
Luc 14:6  Y no sabían qué responder a esto.
Luc 14:7  Notando entonces que los convidados iban escogiendo los primeros puestos en la mesa, les propuso esta parábola, y dijo:
Luc 14:8  Cuando fueres convidado a bodas, no te pongas en el primer puesto, porque quizá haya otro convidado de más distinción que tú;
Luc 14:9  y sobreviniendo el que a ti y a él os convidó, te diga: Has lugar a éste; y entonces con sonrojo te veas precisado a ponerte el último.
Luc 14:10  Antes bien, cuando fueres convidado, vete a poner en el último lugar; para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba, lo que te acarreará honor a vista de los demás convidados.
Luc 14:11  Así es que cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.

Lucas 14:1-11 Jünemann 
Enseñanzas
Y aconteció, mientras iba él a casa de uno de los príncipes de los fariseos en sábado a comer pan, que ellos estaban acechándole.  (2)  Y he aquí un hombre estaba hidrópico delante de él.  (3)  Y, respondiendo Jesús, habló a los legisperitos y fariseos, diciendo: «¿Es lícito el sábado curar, o no?» Mas ellos callaron.  (4)  Y cogiendo sanóle y despidió;  (5)  y a ellos dijo: «¿De quién de vosotros hijo o buey en pozo caerá, y no al punto le tirará arriba en día del sábado?»  (6)  Y no pudieron replicar a esto.
  (7)  Y decía a los convidados parábolas; advirtiendo cómo los primeros lechos se elegían, diciendo a ellos:  (8)  «Cuando fueres convidado de alguno a bodas, no te asientes en el primer asiento, no sea que uno más honrado que tú esté convidado por él.  (9)  y, viniendo el que a ti y a él convidó, te diga: «Da a éste lugar»; y entonces empieces con vergüenza el último lugar a ocupar.  (10)  Mas, cuando fueres convidado, andando recuéstate en el último lugar, para que, cuando venga el que te ha convidado, te diga: «Amigo vente subiendo más arriba»; entonces habrá para ti gloria a faz de todos los comensales tuyos.  (11)  Porque, todo el que se exaltare, humillado será, y el que se humillare, exaltado será».

Lucas 14:1-11 Vulgate  et factum est cum intraret in domum cuiusdam principis Pharisaeorum sabbato manducare panem et ipsi observabant eum  (2)  et ecce homo quidam hydropicus erat ante illum  (3)  et respondens Iesus dixit ad legis peritos et Pharisaeos dicens si licet sabbato curare  (4)  at illi tacuerunt ipse vero adprehensum sanavit eum ac dimisit  (5)  et respondens ad illos dixit cuius vestrum asinus aut bos in puteum cadet et non continuo extrahet illum die sabbati  (6)  et non poterant ad haec respondere illi  (7)  dicebat autem et ad invitatos parabolam intendens quomodo primos accubitus eligerent dicens ad illos  (8)  cum invitatus fueris ad nuptias non discumbas in primo loco ne forte honoratior te sit invitatus ab eo  (9)  et veniens is qui te et illum vocavit dicat tibi da huic locum et tunc incipias cum rubore novissimum locum tenere  (10)  sed cum vocatus fueris vade recumbe in novissimo loco ut cum venerit qui te invitavit dicat tibi amice ascende superius tunc erit tibi gloria coram simul discumbentibus  (11)  quia omnis qui se exaltat humiliabitur et qui se humiliat exaltabitur


Comentarios Catena Aurea 
de Santo Tomás de Aquino


Lucas 14:1-6 

Y aconteció que entrando Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos a comer pan, ellos le estaban acechando. Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de El. Y Jesús dirigiendo su palabra a los doctores de la ley y a los fariseos les dijo: ¿si es lícito curar en sábado? Mas ellos callaron. El entonces le tomó, le sanó y le despidió. Y les respondió y dijo: "¿Quién hay de vosotros, que viendo su asno o su buey caído, no le saque luego en día de sábado?" Y no le podían replicar a estas cosas. (vv. 1-6)

San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Aunque el Señor conocía la malicia de los fariseos, aceptaba sus convites para ser útil a los que asistían a ellos con sus palabras y milagros. Por esto sigue: "Y aconteció que entrando Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos a comer pan, ellos le estaban acechando". Esto es, si faltaba a la reverencia debida a la ley o si hacía algo de lo que estaba prohibido en día de sábado. En efecto, habiendo llegado un hidrópico a presencia suya, por medio de una pregunta reprimió la insolencia de los fariseos que se proponían argüirle. Por esto dice: "Y he aquí que un hombre hidrópico estaba delante de El. Y Jesús dirigiendo su palabra", etc.

Beda
Cuando se dice que Jesús respondió, se hace referencia a lo dicho antes, que los fariseos le estaban acechando, porque el Señor conoce los pensamientos de los hombres.

Teofilacto
Y por esto en su pregunta se ríe de ellos como si estuvieran locos. Siendo así que Dios mandaba santificar el sábado (Gén 2), los fariseos prohibían hacer obras buenas en él. Y el día que no admite las acciones de los buenos, puede llamarse maldito.

Beda
Pero los preguntados callaban con razón, porque ven que cualquier cosa que dijesen se volvería contra ellos. Porque si es lícito curar en día de sábado, ¿por qué acechar al Salvador por ver si cura? Y si no es lícito, ¿por qué ellos cuidan sus rebaños en dicho día? Por esto sigue: "Mas ellos callaron".

San Cirilo, ubi sup
Menospreciadas la asechanzas de los judíos, cura de su enfermedad al hidrópico, el cual, temiendo a los fariseos, no pedía el remedio de su mal porque era sábado, sino que únicamente estaba en su presencia para ver si se compadecía de él y lo curaba. Conociendo esto, el Señor no le pregunta si quiere ser curado, sino que le curó en seguid. Por esto sigue: "El entonces le tomó, le curó y le despidió".

Teofilacto
En lo cual no se propuso el Señor evitar el escándalo de los fariseos, sino hacer un beneficio al que necesitaba de su favor. Conviene, pues, que nosotros, cuando resulte un bien general, no nos cuidemos de si se escandalizarán los necios.

San Cirilo, ubi sup
Pero como los fariseos callaron no sabiendo qué contestar, el Señor dio a conocer su gran osadía por medio de serias reflexiones. Por esto sigue: "Y les respondió y dijo: ¿Quién hay de vosotros que viendo su asno o su buey caído en un pozo, no le saque luego en día sábado?".

Teofilacto
Como diciendo: Si la ley prohíbe compadecerse en día sábado, no te cuides de si peligra tu hijo en día sábado, ¿pero qué digo tu hijo, cuando ni dejas a tu buey si lo ves en peligro?

Beda
En lo cual convenció de tal modo a los fariseos que lo observaban, que los condenó por su avaricia, puesto que tratando de librar un animal sólo consultaban su avaricia. ¿Con cuánta más razón, pues, debió Jesucristo librar al hombre, que es mucho mejor que una bestia?

San Agustín, De quaest. Evang., lib. 2, cap. 29
Comparó con justicia al hidrópico con el animal que cae en un pozo (porque el humor acuoso era la causa de su mal), así como antes había comparado aquella mujer que había encontrado ligada y la soltó, con el jumento que se desata para llevarle al agua.

Beda
Solventa esta cuestión con un ejemplo apropiado para manifestar que ellos, que quebrantaban el sábado con obras de ambición, le argüían porque la quebranta con una obra de caridad. Por esto sigue: "Y no le podían replicar a estas cosas".
Hablando en sentido místico, el hidrópico es comparado con aquél a quien el flujo exorbitante de los apetitos carnales tiene como oprimido, la palabra hidrópico trae su origen de la expresión humor acuoso.

San Agustín, ubi sup
También comparamos al hidrópico muy oportunamente con un rico avariento. Porque así como aquél, cuanto más abundan sus humores desordenados, tanta más sed tiene, así éste, cuanto más abunda en riquezas de las que no hace buen uso, tanto más las desea.

San Gregorio, Moral. 14,1 super Iob 18,9
Este hidrópico fue curado en presencia del fariseo, porque por la enfermedad del cuerpo del uno se expresa la enfermedad del corazón del otro.

Beda
Muy bien, por tanto, cita como ejemplo al buey y al asno significando a los sabios y a los ignorantes o a los dos pueblos, esto es, al judío, que está sometido al yugo de la ley y al gentil, a quien no domina razón ninguna. Porque el Señor saca del pozo de la concupiscencia a todos los sumergidos en él.

Lucas 14:7-11 

Y observando también cómo los convidados escogían los primeros asientos en la mesa, les propuso una parábola, y dijo: "Cuando fueres convidado a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que haya allí otro convidado más honrado que tú, y que venga aquel que te convidó a ti y a él y te diga: Da el lugar a éste, y que entonces tengas que tomar el último lugar con vergüenza; mas cuando fueres llamado, ve y siéntate en el último puesto. Para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba. Entonces serás honrado delante de los que estuvieren contigo a la mesa. Porque todo aquél que se ensalza humillado será: y el que se humilla será ensalzado". (vv. 7-11)

San Ambrosio
Primeramente curó al hidrópico, en quien la hinchazón extraordinaria de la carne no permitía funcionar bien al alma y extinguía el ardor del espíritu; después enseña la humildad, refrenando el deseo de ocupar el primer lugar en el banquete nupcial. Por ello prosigue: "No te sientes en el primer lugar, no sea que", etc.

San Cirilo, ubi sup
Porque el subir pronto a los honores que no merecemos, da a conocer que somos temerarios y hace a nuestras acciones dignas de vituperio. Y continúa: "No sea que haya allí otro convidado más honrado que tú".

Crisóstomo, in Cat. graec. Patr
Y así el ambicioso de honor nunca obtiene lo que desea, sino que sufre repulsa y buscando el modo de tener muchos honores nunca llega a ser honrado. Y como nada hay que pueda compararse con la modestia, inclina al que lo oye a hacer lo contrario, no sólo prohibiendo ambicionar el primer sitio, sino mandando que se busque el último. Por esto sigue: "Mas cuando fueres llamado, ve y siéntate en el último lugar", etc.

San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Si alguno no quiere ser colocado delante de otros, lo obtiene por disposición divina. Por esto prosigue: "Para que cuando venga el que te convidó, te diga: Da el lugar a éste" y diciendo estas cosas no reprende con aspereza, sino que advierte con mansedumbre; porque basta una advertencia entre los discretos y así por la humildad alguno se corona de honores. Por esto sigue: "Y entonces serás honrado delante de los que", etc.

San Basilio, in quaest. expl., qu. 21
Era conveniente a todos ocupar el último lugar en los convites, según lo que manda el Señor. Pero querer volver con obstinación al mismo es digno de reprensión, porque altera el orden y produce tumulto. Por lo que una cuestión sobre esto os igualará con los que se disputan el primer lugar. Por tanto, como aquí dice el Señor, conviene que el que da un convite establezca el orden que cada uno debe guardar en la mesa. Y así nos soportaremos mutuamente con paciencia o con caridad, obrando honestamente en todo y según el orden, no según la apariencia o la ostentación de muchos. Ni debemos manifestar que practicamos la humildad o que la afectamos por violenta contradicción, sino más bien que la practicamos por condescendencia o por paciencia. Mayor indicio de soberbia es la repugnancia o la contradicción que ocupar el primer sitio cuando lo hacemos por obediencia.

Teofilacto
No se crea que la doctrina de Jesucristo ya expuesta es de poco interés e indigna de la elevación y de la magnificencia de la palabra de Dios. Porque no se dirá que es bueno un médico que promete curar a uno que tiene gota y que no quiere curar el dolor de un dedo o de un diente. Y ¿cómo puede considerarse como pequeña la pasión de vanagloria que agita o turba a los que quieren sentarse los primeros, esto es, a los que quieren ocupar los primeros puestos? Convenía, pues, que el maestro de la humildad cortase toda rama de esta mala raíz. Pero considera también que estando ya la cena preparada, e inquietando la pasión de la primacía a los vanidosos ante los ojos del Señor, esta amonestación era muy oportuna.

San Cirilo, ubi sup
Una vez demostrado (y con un ejemplo tan sencillo) el menosprecio que merecen los ambiciosos y que los que no lo son merecen ser exaltados, añadió lo grande a lo pequeño pronunciando una sentencia general cuando dice: "Porque todo aquél que se ensalza humillado será y el que se humilla será ensalzado", lo cual se dice según el juicio de Dios y no según la costumbre humana, por la que muchos que desean honores los consiguen y otros que se humillan no llegan a alcanzarlos.

Teofilacto
Sin embargo, no siempre es tenido en consideración por todos los hombres el que se ingiere en los honores y aun cuando sea honrado por algunos, otros lo vituperan y acaso aquellos mismos que lo honran exteriormente.

Beda
Y como el evangelista llama parábola a esta amonestación, diremos lo que significa en sentido místico. Todo aquel que invitado viniese a las bodas de Jesucristo y de la Iglesia, unido a los miembros de la Iglesia por la fe, no se ensalce como si fuese superior a los demás, ni se gloríe por sus méritos; sino que cederá su lugar al que sea más digno, convidado después y que le aventaja en el fervor de los que siguen a Jesucristo y con modestia ocupará el último puesto conociendo que los demás son mejores que él en todo lo que se creía superior. Pero alguno se coloca en el último sitio, según aquellas palabras (Sir_3:20): "Cuanto más grande seas, humíllate más en todo". Y entonces, viniendo el Señor, hará bienaventurado con el nombre de amigo al que encuentre humilde y le mandará subir más alto. Y todo aquél que se humilla como un niño, es más grande en el reino de los cielos (Mat_18:4). Así es que dice: "Entonces será para ti la gloria", para que no empieces a buscar ahora lo que te está reservado para el fin. Puede también entenderse esto respecto de la presente vida, porque el Señor todos los días entra a sus bodas despreciando a los soberbios y concediendo con frecuencia a los humildes tantos dones de su Espíritu, que los glorifican con su admiración los convidados, esto es, los fieles. De la conclusión general que se añade, se conoce claramente que la doctrina del Señor ya explicada debe entenderse en sentido figurado. Porque ni todo el que se ensalza delante de los hombres es humillado, ni todos los que se humillan en su presencia son ensalzados por ellos. Pero el que se eleva por su mérito será humillado por el Señor; y el que se humilla por sus beneficios será ensalzado por El.

martes, 4 de octubre de 2011

Santoral Católico 4 de octubre

  • El Tránsito de San Francisco de Asís, Confesor
  • Santa Orea o Aurea, Virgen
  • San Quintín, Mártir
  • San Cayo de Corinto, Discípulo de San Pablo
  • San Crispo, Discípulo de San Pablo
  • Santa Dámaris, Virgen y Mártir
  • San Petronio, Obispo de Bolonia
  • San Amón, Ermitaño
  • Santas Domnina, Berenice y Prosdocia, Mártires
  • Beato Tomás de Celano, Monje 
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias. 

SAN FRANCISCO DE ASÍS 
Confesor


n. 1181 en Asís, Italia;
† 3 de Octubre de 1226 en la Porciúncula, Italia

Patrono de Asís, Italia; Acción Católica; personas en trance de muerte;
ecología y ecologistas; medio ambiente; animales; zoológicos; 
sociedades protectoras de animales; familias; comerciantes; paz. 
Protector contra el fuego. Se lo invoca para no morir en soledad.



Llevo en mi cuerpo los estigmas del Señor Jesús.

(Gálatas, 6, 17)

Retirado del mundo a los 25 años, después de una juventud disipada pero caritativa, San Francisco está enteramente crucificado para el mundo. Su pro funda humildad lo impulsa a rehusar el presbiterado, y desde entonces su vida es un prodigio de virtudes y milagros. Los doce primeros "penitentes de Asís" ya son legión antes de su muerte, con el nombre de Hermanos Menores, y tuvo el consuelo de ver a la Orden de Santa Clara, su santa amiga, extenderse cuando todavía vivía. El Serafín de Asís murió el 3 de octubre de 1226, a la edad de 44 años.

MEDITACIÓN
SOBRE SAN FRANCISCO

I. El amor divino consumió todos los lazos que ataban a San Francisco en la tierra, y le hizo abandonar la casa paterna, las riquezas y los placeres. Toda su vida vivió él en este desasimiento; por esto debes tú comenzar a darte a Dios. Es imposible que ames a Dios y al mundo. ¡Ah! los placeres y los honores de la tierra no merecen ocupar tu corazón; déjalos antes que ellos te dejen a ti.

II. Ese mismo amor que separó a San Fran cisco de los bienes de la tierra, lo unió estrechamente a su Dios y le hizo encontrar en esta unión una inalterable felicidad. De este modo solía decir: "¡Dios mío y mi todo! en Ti es donde encuentro todo lo que necesito". ¡Alma mía, tratemos de gustar el placer que existe en estar unido a Él; en vano hemos buscado descansar en las creaturas, vayamos a Dios, pero hagámoslo dándonos a Él sin reserva, sin demora, y para siempre!

III. El amor, por último, transformó a San Fran cisco, en Jesucristo mismo, por decirlo así, cuando un serafín imprimió en su cuerpo las sagradas llagas del Salvador. No recibió esta gracia sino después de haberse hecho, por una mortificación continua, viva imagen de Jesús crucificado. Como este gran santo, lleva tú constantemente en tus miembros la mortificación de Jesucristo. Mira al Salvador clavado en la cruz: he ahí el verdadero modelo de predestinados. Para llegar a ser semejante a Él, es preciso que la mortificación imprima en tu cuerpo sus adorables estigmas. Llevan en sí las llagas de Cristo quienes mortifican y afligen el cuerpo. (San Jerónimo).
La mortificación
Orad por la Orden de San Francisco.

ORACIÓN

Oh Dios, que, por los méritos de San Francisco dais sin cesar nuevos hijos a vuestra Iglesia, concedednos la gracia de despreciar, siguiendo su ejemplo, los bienes terrenales y poner nuestra dicha en la posesión de los dones celestiales. Por J. C. N. S. Amén.

Fuente: http://devocioncatolica.blogspot.com/

lunes, 3 de octubre de 2011

Evangelio del día (Calendario Tradicional) - 4 de octubre de 2011

Mt 11,25-30


Biblia versión Nacar-Colunga
(25)  Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos.  (26)  Sí, Padre, porque así lo has querido.  (27)  Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelárselo.  (28)  Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré.  (29)  Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas,  (30)  pues mi yugo es blando, y mi carga, ligera.

 
Biblia versión Torres Amat
Mat 11:25  Por aquel tiempo exclamó Jesús , diciendo: Yo te glorifico, Padre mío, Señor del cielo y de la tierra, porque has tenido encubiertas estas cosas, a los sabios y prudentes del siglo, y las has revelado a los pequeñuelos.
Mat 11:26  Sí, Padre mío, alabado seas, por haber sido de tu agrado que fuese así.
Mat 11:27  Todas las cosas las ha puesto mi Padre en mis manos. Pero nadie conoce al Hijo sino el Padre; ni conoce ninguno al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo haya querido revelarlo.
Mat 11:28  Venid a mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré.
Mat 11:29  Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis el reposo para vuestras almas.
Mat 11:30  Porque suave es mi yugo y ligero el peso mío.

Biblia versión Jünemann
Mateo 11:25-30 Jünemann  (25)  En aquel tiempo, respondiendo(k) Jesús, dijo: «Ensálzote, Padre, señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes(l), y reveládolas a los pequeñuelos(m).  (26)  Sí, Padre; porque tal plugo ante ti.  (27)  Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre; ni al Padre alguien conoce sino el Hijo y a quien quisiere el Hijo revelar.  (28)  Venid a mí, todos los trabajados y recargados, y yo os refrigeraré.  (29)  Alzad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, porque suave soy y humilde del corazón, y hallaréis alivio para vuestras almas;  (30)  que mi yugo es bueno; y mi carga, ligera es.»

Biblia Vulgata (latín)
(25)  in illo tempore respondens Iesus dixit confiteor tibi Pater Domine caeli et terrae quia abscondisti haec a sapientibus et prudentibus et revelasti ea parvulis  (26)  ita Pater quoniam sic fuit placitum ante te  (27)  omnia mihi tradita sunt a Patre meo et nemo novit Filium nisi Pater neque Patrem quis novit nisi Filius et cui voluerit Filius revelare  (28)  venite ad me omnes qui laboratis et onerati estis et ego reficiam vos  (29)  tollite iugum meum super vos et discite a me quia mitis sum et humilis corde et invenietis requiem animabus vestris  (30)  iugum enim meum suave est et onus meum leve est


Comentario
CATENA AUREA de Santo Tomás de Aquino



Mateo 11:25-26 

En aquel tiempo respondiendo dijo Jesús: "Doy gloria a ti, ¡oh Padre!, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y a los prudentes, y las revelaste a los pequeñuelos; así es, Padre, porque de esta manera fue de vuestro agrado". (vv. 25-26)

Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 28
Como sabía el Señor que muchos habían de poner en duda la verdad anterior, es decir, el por qué los judíos no le quisieron recibir y los gentiles sí lo recibieron con prontitud, contesta a las opiniones de todos diciendo: "Yo te confieso, Padre", etc.

Glosa
Esto es, a ti, que haces los cielos y gobiernas en la tierra.

San Agustín, sermones, 67,1
Si Cristo, que está muy lejos de todo pecado, dijo: "Yo confieso", la confesión consiguientemente no es de sólo el que peca, sino alguna vez también del que alaba. Confesamos, pues, ya alabando a Dios, ya acusándonos a nosotros mismos. Luego cuando dijo: "Yo te confieso", quiso decir, yo te alabo y no, yo me acuso.

San Jerónimo
Los que calumnian al Salvador diciendo que no había nacido, sino que había sido creado, apoyan su calumnia en que el Señor llama a su Padre Señor del cielo y de la tierra; pero si El es una creatura y la creatura puede llamar a su autor padre suyo, fue una necedad el que no le llamara también igualmente Señor del cielo y de la tierra o padre. El da las gracias a Dios de haber revelado su venida a los Apóstoles, cosa que no supieron los escribas y los fariseos, que se tenían por sagaces y prudentes. Por eso sigue: "porque ocultaste a los sabios, etc".

San Agustín, sermones, 67,8
Bajo el nombre de sabios y prudentes, se entiende los soberbios, según manifiesta el Señor por las palabras: "Revelaste estas cosas a los pequeñuelos". ¿Y quiénes son los pequeñuelos, sino los humildes?

San Gregorio Magno, Moralia, 27
Y no añade: Revelaste estas cosas a los necios, sino a los pequeñuelos, en cuya exclusión da a entender que no condenó la penetración de espíritu, sino el orgullo.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,1
Al decir "a los sabios", no se refiere a la verdadera sabiduría, sino a aquella que pretendían tener los escribas y los fariseos. Y por eso no dijo: "Revelaste estas cosas a los necios", sino a los pequeñuelos, esto es, a los sencillos o rústicos. En esto nos enseña el cuidado que debemos tener de huir del orgullo y de amar la humildad.

San Hilario, in Matthaeum, 11
Están ocultos a los sabios los secretos y las virtudes de las palabras de Dios y para los pequeñuelos están abiertos: a los que son pequeños en malicia, mas no en inteligencia; a los que son sabios a los ojos de la presunción, mas no a los de la prudencia.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,1
Debemos alegrarnos de que se haya hecho la revelación a éstos y debemos lamentar el que se haya debido ocultar a aquellos.

San Hilario, in Matthaeum, 11
El Señor confirma, según el juicio de la voluntad del Padre la equidad del hecho de que todos aquellos que no han querido hacerse pequeños delante de Dios se queden hechos unos necios en su propia sabiduría. Así dice: "Así es, Padre, porque de esta manera te agradó".

San Gregorio Magno, Moralia, 25
Estas palabras nos dan una lección de humildad, a fin de que no intentemos discutir temerariamente los juicios divinos sobre la vocación de unos y la desaprobación de otros, manifestándonos al mismo tiempo que no puede haber injusticia en aquel a quien tanto complace lo justo.

San Jerónimo
También en estas palabras dice el Señor con mucha ternura a su Padre, que culmine la obra comenzada en los Apóstoles.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,1-2
Todo lo que el Señor dijo a los Apóstoles en este pasaje, tiene por objeto el hacerlos más precavidos, porque era natural que tuviesen un concepto elevado de sí mismos, aquellos que lanzaban los demonios. De aquí el reprimir este concepto, porque cuanto se había hecho en su favor no era resultado de su celo, sino de la revelación divina. Por eso los escribas y los fariseos, teniéndose por sabios y prudentes, cayeron por efecto de su orgullo. De donde resulta que si por su orgullo no les fue revelado nada, también nosotros debemos tener miedo y ser siempre pequeños: pues esto hizo que vosotros gozaseis de la revelación. Y como dice San Pablo: "Los entregó Dios a su réprobo sentido" (Rom_1:26). No dice esto para afirmar que Dios es el que produce ese efecto, pues Dios no hace mal, sino que aquellos fueron causa inmediata de ello. Por esta razón dice: "Ocultaste estas cosas a los sabios y a los prudentes". ¿Y por qué razón se las ocultó? San Pablo expone la razón en estos términos: "Porque queriendo establecer su propia justicia, no estuvieron sometidos a la justicia de Dios" (Rom_10:3).

Mateo 11:27 

"Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre, y ninguno conoce al Hijo, sino el Padre; ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo lo quisiere revelar". (v. 27)

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
Después de haber dicho antes el Señor: "Yo te alabo, oh Padre, porque ocultaste estas cosas a los sabios". A fin de que nadie creyera que da las gracias al Padre, porque El está privado de ese poder, añade: "Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre". Cuando escuchares que "todo me ha sido entregado por mi Padre", no debéis entender nada humano. Pues, este modo de expresarse que tiene el Señor, es para darnos a entender que no son dos los dioses engendrados, porque desde el momento en que El fue engendrado, fue hecho Señor de todas las cosas.

San Jerónimo
Porque de otra manera, si interpretamos este pasaje según nuestra frágil manera de ver las cosas, deberíamos admitir que desde el momento en que aquel que recibe empieza a tener, principiará a no tener aquel que ha dado. O también: por "todas las cosas me fueron entregadas" puede entenderse no el cielo, la tierra, los elementos y todo lo demás que hizo y creó Dios, sino todos aquellos que mediante el Hijo tienen entrada a donde está el Padre.

San Hilario, in Matthaeum, 11
O también: se expresó de esa manera, para que nadie juzgase que en el Padre había cosas que no las había en el Hijo.

San Agustín, contra Maximinum, 3,12
Porque si tiene menos poder que el Padre, no tiene todas las cosas que tiene el Padre. Y en el acto de ser engendrado por el Padre, este dio a su Hijo el poder, porque El ha dado lo que hay en su naturaleza a aquel que fue engendrado en su naturaleza.

San Hilario, in Matthaeum, 12
En seguida nos demuestra, que en el conocimiento del Padre y del Hijo, no hay en el Hijo cosa distinta y que sea completamente desconocida del Padre: "Y ninguno conoce al Hijo, sino el Padre y ninguno conoce al Padre, sino el Hijo".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
En el mismo hecho de no conocer nadie al Padre, sino el Hijo, nos prueba de una manera bien clara que es de la misma naturaleza. Como si dijera: ¿por qué ha de admirarse nadie de que yo sea Señor de todas las cosas, teniendo yo una cosa superior a todas ellas, a saber: el conocer al Padre y ser de su misma naturaleza?

San Hilario, in Matthaeum, 11
Nos enseña el mismo Salvador, que la sustancia del Padre y del Hijo está contenida en el conocimiento mutuo del uno y del otro. De manera, que el que conoce al Hijo, conoce también, en el Hijo, al Padre, puesto que éste entregó al Hijo todas las cosas.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
Cuando dice que nadie conoce al Padre, sino el Hijo, no quiere decir que todos le desconozcan completamente, sino que nadie tiene el conocimiento que el Hijo tiene del Padre. Lo mismo debe entenderse con respecto al Hijo. Porque no habla aquí de un Dios desconocido, como decía Marción.

San Agustín, de Trinitate, 1,8
Finalmente, como la naturaleza divina es inseparable, basta algunas veces nombrar o las dos personas o el Hijo sólo, o sólo el Padre, no separándose por esto el Espíritu de los dos, Espíritu que con toda propiedad es llamado Espíritu de verdad.

San Jerónimo
Avergüéncese el hereje Eunomio de expresar su idea del Padre y del Hijo, diciendo que el Padre engendra al Hijo y el Hijo al Padre. Porque si tomara por base de semejante insensatez las palabras: "Y a quien el Hijo lo quisiera revelar", le contestaríamos: una cosa es conocer por igualdad de naturaleza y otra por gracia de revelación.

San Agustín, de Trinitate, 7,3
El Padre es revelado por su Hijo, esto es, por su Verbo. Pues así como las palabras que proferimos nos revelan de un modo temporal y transitorio a nosotros mismos y aquello de que hablamos, ¿cuánto más la Palabra de Dios por la que se hicieron todas las cosas? Esta Palabra nos dice lo que es el Padre, en el concepto de Padre y así mismo qué es lo que es el Padre.

San Agustín, quaestiones evangeliorum, 2,1
Cuando dijo: "Ninguno conoce al Hijo, sino el Padre", no dijo: y a quien el Padre quisiere revelar. Pero esto no quiere decir que el Hijo no puede ser conocido más que sólo por el Padre. El Padre puede ser conocido, no sólo por el Hijo, sino por todos aquellos a quienes lo revelare el Hijo. Así decimos, que por revelación del Hijo conocemos al Padre y al Hijo, porque el Hijo es la luz de nuestra inteligencia. Y en lo que sigue: "Y a quien el Hijo lo quisiere revelar" comprendemos no sólo al Padre, sino también al Hijo, porque estas palabras están relacionadas con las anteriores. Porque es expresado el Padre por su Verbo y el Verbo, no sólo revela lo que El expresa, sino también se revela a sí mismo.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
Luego si revela al Padre, se revela a sí mismo. Dejó de poner esto último por ser evidente y puso lo primero, por si alguno lo ponía en duda. Nos demuestra también que está El tan identificado con el Padre, que es imposible llegar al Padre, sino mediante el Hijo y esto era lo que principalmente escandalizaba a los judíos, porque lo creían contrario a la idea de Dios y esta creencia es la que trató de destruir por todos los medios.

Mateo 11:28-30 

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os aligeraré. Tomad mi yugo sobre vosotros, aprended de mí; porque soy manso y humilde de corazón, y encontraréis el descanso para vuestros corazones; porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (vv. 28-30)

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
El había encendido el deseo de sus discípulos por todo lo que precede, que no es más que la expresión de su inefable virtud y ahora los llama a sí por las palabras: "Venid a mí todos los que trabajáis y estáis cargados".

San Agustín, sermones 69,1
¿Por qué nos cansamos todos, sino porque somos mortales, que llevamos vasos de barro que nos ponen en tantas angustias? Pero si los vasos frágiles de la carne nos angustian, nos desplegamos en los espacios de la caridad. ¿A qué dice: "Venid a mí todos los que trabajáis", sino para que no nos cansemos?

San Hilario, in Matthaeum, 11
Llama a sí a todos los que trabajan por las dificultades de la ley y la carga del pecado.

San Jerónimo
Asegura el profeta Zacarías, que es carga muy pesada la del pecado, diciendo: "que la iniquidad está sentada sobre una masa de plomo" (Zac_5:7) y el Salmista completó esta verdad con las palabras: "mis iniquidades están pesando sobre mí" (Sal_37:5).

San Gregorio Magno, Moralia, 30
Es ciertamente un yugo áspero y una dura sumisión el estar sometido a las cosas temporales, el ambicionar las terrenales, el retener las que mueren, el querer estar siempre en lo que es inestable, el apetecer lo que es pasajero y el no querer pasar con lo que pasa. Porque mientras desaparecen, a pesar de nuestros deseos, todas estas cosas que por la ansiedad de poseerlas afligían nuestra alma, nos atormentan después por miedo de perderlas.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
Y no dice: Venid éste y aquel, sino todos los que estáis en las preocupaciones, en las tristezas y en los pecados; no para castigaros, sino para perdonaros los pecados. Venid, no porque necesite de vuestra gloria, sino porque quiero vuestra salvación. Por eso dice: "Y yo os aligeraré". No dijo: Yo os salvaré solamente, sino (lo que es mucho más) os aliviaré, esto es, os colocaré en una completa paz.

Rábano
No sólo os aliviaré, sino que os saciaré con un manjar interior.

Remigio
Venid, dice, no con los pies, sino con las costumbres; no con el cuerpo, sino con la fe, porque ésta es la entrada espiritual que nos aproxima a Dios. Por eso dice: "Tomad mi yugo sobre vosotros".

Rábano
El yugo del Señor Jesucristo es el Evangelio que une y asocia en una sola unidad a los judíos y a los gentiles. Este yugo es el que se nos manda que pongamos sobre nosotros mismos, esto es, que tengamos como gran honor el llevarlo, no vaya ser que poniéndolo debajo de nosotros, esto es despreciándolo, lo pisoteemos con los pies enlodados de los vicios. Por eso añade: "Aprended de mí".

San Agustín, sermones, 69,2
No a crear el mundo, no a hacer en él grandes prodigios, sino aprended de mí a ser manso y humilde de corazón. ¿Quieres ser grande? Comienza entonces por ser pequeño. ¿Tratas de levantar un edificio grande y elevado? Piensa primero en la base de la humildad. Y cuanto más trates de elevar el edificio, tanto más profundamente debes de cavar su fundamento. ¿Y hasta dónde ha de tocar la cúpula de nuestro edificio? Hasta la presencia de Dios.

Rábano
Mandándonos nuestro Salvador que seamos sobrios en las costumbres y humildes en nuestros sentimientos, nos manda también que no ofendamos a nadie, que no despreciemos a nadie y que tengamos dentro de nuestro corazón todas las virtudes que manifestamos en nuestras obras exteriores.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,2
Por eso El desde el principio comienza la exposición de las leyes divinas por la humildad y propone la recompensa en las palabras: "Y encontraréis la tranquilidad en vuestras almas". Esta es la mayor recompensa, porque con ello no sólo se hace uno útil para los demás, sino que encuentra en sí mismo la tranquilidad y concede esta recompensa antes de la que ha de dar en el tiempo venidero, ya que en ese tiempo se gozará de una tranquilidad eterna.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 38,3
Y para que no se llenaran de temor al oír las palabras, carga y yugo, añade: "Porque mi yugo, etc".

San Hilario, in Matthaeum, 11
Y nos propone la idea consoladora del yugo suave y de la carga ligera, a fin de dar a los que creen en El unos indicios del bien que sólo El ha visto en el Padre.

San Gregorio Magno, Moralia, 4,39
¿Qué carga pesada impone a nuestras almas el que nos manda evitar todo deseo que nos pueda perturbar? ¿Qué cosa más ligera que el abstenerse de la maldad, querer el bien, no querer el mal, amar a todos, no aborrecer a nadie, alcanzar lo eterno, no engolfarse en lo presente y el no hacer a otro lo que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros?

San Hilario, in Matthaeum, 11
¿Y cuál es este yugo más suave y cuál esta carga más ligera? Buscar ser más considerado, abstenerse demaldades, querer el bien, odiar el mal, amar a todos, no odiar a nadie, perseguir lo eterno, no aferrarse a las cosas presentes, no querer hacer a otro lo que no se quiere para sí.

Rábano
Pero cómo se entiende que es suave el yugo de Cristo, cuando se dice más arriba: "¿Es estrecha la senda que conduce a la vida?" (Mat_7:14). Porque lo que al principio se nos hace dificultoso, pasado algún tiempo, mediante la dulzura inefable del amor, se nos hace sumamente fácil.

San Agustín, sermones,70,1
Los que llevaron intrépidamente sobre sus cabezas el yugo del Señor, han afrontado peligros tan difíciles, que parece como que son llamados, no del trabajo al descanso, sino de la inacción al trabajo, como dice el Apóstol de sí mismo (2Cor 6): El Espíritu Santo es ciertamente el que renueva de día en día al hombre interior en medio de las ruinas del hombre exterior y una vez que ha gustado la tranquilidad espiritual, en esta afluencia de las delicias de Dios, en la esperanza de los bienes eternos, todo lo presente pierde su aspereza y todo lo pesado se aligera. Sufren los hombres el ser despedazados y quemados, no solamente a fin de no sufrir los dolores eternos, sino aún para evitar mediante un dolor muy vivo pero momentáneo, otros sufrimientos prolongados. ¿Qué tormentas e inclemencias no sufren los comerciantes, a fin de conseguir riquezas banales? Las mismas penas experimentan los que no buscan esas riquezas como los que las buscan. Pero en éstos no son tan terribles, porque el amor suaviza y hace fáciles las cosas más inclemente y difíciles. ¿Con cuánta más razón hará más fácil todo lo difícil, la caridad que tiene por objeto la verdadera felicidad, que no la pasión, que en cuanto está de su parte tiende a un fin miserable?

San Jerónimo
¿Cómo el Evangelio es más suave que la ley, puesto que ésta sólo castiga el homicidio y el adulterio y el Evangelio hasta la ira y la concupiscencia? (Mt 5). Hay en la ley muchos preceptos, que según enseña con toda erudición el Apóstol (Hch 15) son impracticables. En la ley se exige la obra, en el Evangelio la intención, con la que puede obtenerse la recompensa sin que se haya realizado la obra. El Evangelio nos manda lo que nos es posible, esto es, el no desear y esto queda dentro de nuestras facultades. La ley, al castigar al adulterio, no castiga la intención, sino el hecho. Figuraos que en una persecución ha sido violada una virgen, el Evangelio la recibe como virgen porque no ha pecado por su voluntad, pero la ley la repudia porque ha sido violada.

Capuchinos de Morgon - Francia

Los capuchinos de Morgon, es una orden amiga de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, de la que reciben el sacerdocio.

La Orden Tercera de San Francisco

La Orden Tercera de San Francisco es "un poderoso antídoto contra todos los males que acosa a la época actual, y ... no hay medios más aptos para llevar al mundo de nuevo a un el respeto verdadero y sólido del Evangelio. "" Es Nuestro deseo es que todas las familias cristianas unen la Tercera Orden"
Papa León XIII 



¿Cuál es el propósito de la Orden Tercera? 
El propósito de las terceras órdenes seculares en la Iglesia es el mismo que el de las órdenes religiosas y congregaciones: promueven la perfección cristiana. Y San Francisco no tenía otro extremo en el punto de vista cuando estableció la  Orden Tercera. Es fácil de entender, entonces, que "el primer deber esencial del franciscano Terciarios [los miembros de la Tercera Orden] es el esfuerzo la perfección de observar fielmente la Regla " (Cap. 3, A Handbook). El Papa San Pío X proclamó que el propósito de la Orden Tercera de San Francisco consiste en esto: "Que sus miembros ponen en práctica todos los días de la preceptos de la perfección evangélica y servir como modelos de la vida cristiana para la imitación de los demás " (Tertium Franciscalium ordinem, 8 de septiembre de 1912)

El fruto de la Tercera Orden
La Orden Tercera de San Francisco lo ha hecho más bien largo de los siglos, tanto en el santificación de las almas y en la construcción de hasta. La sociedad cristiana que muchos Papas han sido se trasladó a cantar sus alabanzas. El número de franciscanos Terciarios que ahora figuran como santos o beatos es enorme. En cuanto a su efecto en el ámbito social, El Papa Pío XI declaró: Un cambio más saludable en la sociedad comenzó a tomar forma, la nueva Orden fundada por Francisco extendiendo a lo largo y ancho de los pueblos de La cristiandad y la obtención de sus miembros, mientras que la pureza moral se produjo a raíz de la práctica de la penitencia. ... Había un renacimiento hermoso, glorioso de las más selectas virtudes en la vida civil. En fin la cara de la tierra se ha renovado "(Ritual Expiatis).

Condiciones de entrada en la Orden Tercera de San Francisco en los Frailes Menores Capuchinos de la observancia tradicional de Morgon, Francia.
1. Los candidatos deben ser mayores de catorce años,de buen carácter, amante de la paz, y sobre todo de trató de la fidelidad en la práctica de la fe católica y en la lealtad a la Iglesia Romana y la Sede Apostólica. Tienen que estar de acuerdo con la doctrinal la posición de los Padres Capuchinos de Morgon, Francia y la Sociedad Sacerdotal de la Santa Pío X.
2. Las mujeres casadas no pueden ser recibidos sin el marido de conocimiento y consentimiento, a menos que sus jueces confesor lo contrario.
3. Uno no debe pertenecer a otro de la Tercera Orden.
4. Mandatos de ley de la Iglesia que los candidatos se comprometen por lo menos un año de noviciado antes de hacer su profesión (los capuchinos de Morgon requiere 1 ½ años). En la profesión de los candidatos prometen observancia de la Regla para el resto de sus vidas. 

Sinopsis de la Regla de la Tercera Orden
1.La sencillez y la modestia en el vestir.
2.Mantenerse lejos de bailes y espectáculos que
disfrutar de la licencia y evitar todas las formas de
disipación.
3.La templanza en el comer y beber.
4.El ayuno y la abstinencia en determinados días.
5.Confesión mensual y la Sagrada Comunión.
6.Rezando todos los días una de las tres Oficinas de aprobados
por la Iglesia.
7.Hacer una última voluntad y testamento.
8.Guiar a otros mediante el establecimiento de un buen ejemplo.
9.El mantenimiento de la caridad hacia los demás.
10.Abstenerse de manera innecesaria y juramentos
utilizando un lenguaje indecente.
11.Asistir a la Misa diaria cuando sea posible y
asistir a las reuniones mensuales.
12.Contribuir a un fondo común para las necesidades
de los miembros pobres y de la dignidad de
adoración.
13.Visitar los enfermos.
14.Orar por los miembros fallecidos
Los candidatos prometen observancia de la Regla para el resto de sus vidas. 


CONTACTO e INFORMACIÓN
para el orden tradicional Tercera de San Francisco 

Los Capuchinos de Morgon, es una orden amiga de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, de la que reciben el sacerdocio.

Los capuchinos de Morgon, es una orden amiga de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, de la que reciben el sacerdocio. Los interesados pueden comunicarse por este medio y se responderá a la brevedad.
Interesados: consultar, se enviará por mensaje privado información para contactar. 


U.S. Director: Fr. Hugues Bergez, SSPX.  
He may be contacted at (408) 354-7703 or via 
email at trad.thirdorderofpenance@gmail.com.
In St. Mary’s, Kansas contact Mr. James
Fitzhenry at (785) 458-2993.

Canadian Director: Fr. Freddy Mery, SSPX.  
Contact Tony La Rosa at (905) 951-8450 or
via email at tlarosa@rogers.com.  Also visit:
thetraditionalthirdorderofstfrancis.blogspot.com.

Tercera orden de San Francisco

Tercera orden de San Francisco es una orden terciaria fundada por San Francisco de Asís que ha originado diferentes ramas laicales de algunas órdenes religiosas católicas.

Dentro de los franciscanos, la rama perteneciente a la Tercera Orden se denomina Orden Franciscana Seglar.

La tradición asigna a 1221 como la fecha en que se fundó los Hermanos y Hermanas de Penitencia, ahora conocidos como terciarios. Esta tercera orden fue ideada por San Francisco como un tipo de estado intermedio entre el claustro y el mundo para aquellos que, deseando seguir los pasos del santo, estuvieran impedidos, por matrimonio u otros compromisos, de entrar ya sea a la primera o a la segunda orden. Ha habido algunas diferencias de opinión en cuanto a qué tanto intervino el santo en la reglamentación para estos terciarios. Sin embargo, se acepta en general que la regla aprobada por Nicolás IV, el 18 de agosto de 1289 no representa la regla original de la tercera orden, sino una revisión de la original.

Algunos escritores recientes han intentado demostrar que la tercera orden fue realmente el punto de inicio de toda la Orden Franciscana. Ellos afirman que la Segunda y Tercera Órdenes de San Francisco no fueron adicionadas a la Primera, sino que las tres ramas, los Frailes Menores, Hermanas Pobres, y Hermanos y Hermanas de Penitencia, crecieron de la fraternidad de laicos de penitencia que fue la primera y original intención de San Francisco, y fueron separados en grupos diferentes por el Cardenal Ugolino (posteriormente Gregorio IX), protector de la orden, durante la ausencia de San Francisco, cuando éste estuvo en Oriente (1219 - 1221). Esta interesante teoría, aunque arbitraria, no deja de tener importancia para la historia sobre el origen de las tres órdenes, pero no ha sido lo suficientemente probada para desmentir el relato más usual descrito anteriormente, de acuerdo al cual la Orden Franciscana se desarrolló en tres ramas distintas, llamadas la primera, la segunda y la tercera orden, por proceso de adición y no por proceso de división, y ésta es aún la perspectiva generalmente presentada.

Tercera orden seglar: La tercera orden secular fue fundada, como hemos visto, por San Francisco, alrededor de 1221 y se compone de personas devotas de uno y otro sexo, que viven en el mundo y que siguen una regla de vida aprobada por Nicolás IV en 1289, y modificada por León XIII el 30 de mayo de 1883 y por Pablo VI el 24 de junio de 1978. Incluye no sólo a los miembros que forman parte de hermandades lógicas, sino también a los aislados terciarios, ermitaños, peregrinos, etc.

Tercera orden regular: El origen es incierto y susceptible de controversia. Algunos atribuyen su fundación a Santa Isabel de Hungría en 1228 y otros a la Beata Angelina de Marciano en 1395. Se dice que esta última estableció en Foligno (Umbría) el primer monasterio franciscano de monjas terciarias enclaustradas en Italia. Existe certeza que a principios del siglo XV existían comunidades terciarias de hombres y mujeres en diferentes partes de Europa y que los frailes italianos de la tercera orden regular eran reconocidos como una orden mendicante por la Santa Sede. Desde 1458 aproximadamente, éste último cuerpo ha sido gobernado por su propio ministro general y sus miembros toman votos solemnes.

Nuevas fundaciones: De manera muy independiente de la tercera orden regular, un gran número de congregaciones terciarias franciscanas -tanto de hombres como de mujeres- han sido fundadas, más especialmente desde el principio del siglo XIX. Estas nuevas fundaciones han tomado como base de sus institutos una regla especial para miembros de la tercera orden que viven en comunidad, aprobada por León X el 20 de enero de 1521, aunque esta regla ha sido ampliamente modificada por sus constituciones en lo particular, y difiere ampliamente en cada fundación, de acuerdo al fin de cada una. Estas congregaciones de terciarios regulares son autónomos o están bajo jurisdicción episcopal. En su mayor parte son franciscanas sólo de nombre, no siendo pocos los que han abandonado el hábito y hasta el tradicional cordón franciscano.

Santoral Católico 3 de octubre

  • Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen
  • San Gerardo de Brogne, Abad
  • Santa Cándida, Virgen y Mártir
  • San Froilán, Obispos y Confesor
  • San Atilano de Zamora, Obispo y Ermitaño
  • San Dionisio El Aeropagita, Discípulo de San Pablo
  • San Evaldo el Moreno y San Evaldo el Rubio, Mártires
  • San Edmundo de Escocia, Confesor
  • San Félix, Obispo de Bologna
  • San Adalgot, Obispo
  • San Hesiquio, Confesor
  • Santo Tomás Cantalupo, Obispo de Hereford
  • Beato Domingo Spadafora, Confesor
  • Beato Julián de Palermo, Monje 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

SANTA TERESITA
DEL NIÑO JESÚS
Virgen

n. 2 de enero de 1873 en Alençon, Francia;
† 30 de septiembre de 1897 en Lisieux, Francia

Patrona de las misiones; enfermos; tripulación aérea, pilotos y 
aviadores; floristas. Protectora contra la tuberculosis.


Si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecar,
sácalo y arrójalo fuera de ti.

(Mateo 5, 29)

La rápida difusión del culto a Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es uno de los acontecimientos más notables de la historia religiosa de nuestra época. Entró al Carmelo de Lisieux, a la edad de 15 años, en 1888, y murió en él el 30 de septiembre de 1897. En pocos años era conocida del mundo entero, y su caminito de sencillez y de perfección en las cosas cotidianas se hizo célebre en la espiritualidad cristiana. Numerosas gracias y milagros fueron atribuidos a su intercesión. Fue canonizada en 1925.

MEDITACIÓN
EL CRISTIANO DEBE SER CIEGO, MUDO Y SORDO

I. Para ser dichoso en este mundo, para vivir en él santamente, hay que ser ciego para muchas cosas. Cierra los ojos a todo lo que pueda hacerte concebir malos pensamientos, causarte tristeza o inspirarte orgullo; no mires los defectos de tu prójimo, o los tuyos. Dios mío, hazme ver la fealdad del pecado y la hermosura de la virtud. Aparta mis ojos para que no vean la vanidad (El Salmista).

II. Hay que saber ser mudo para vivir como cristiano. Cuando se presenta una ocasión de hablar bien de ti mismo, de hablar mal del prójimo, de faltar la caridad, guarda silencio; porque generalmente sucede que quien habla mucho comete muchos pecados y profiere palabras que lamenta después amargamente. No hay nada más provechoso que vivir en el recogimiento, hablar poco con los demás y mucho consigo mismo (Séneca).

III. ¿Para qué querer oír todo y saber todo? ¡Muchas palabras criminales, muchas maledicencias, muchos discursos impíos o atrevidos turbarán la paz de tu alma y despertarán en ella pensamientos vanos o peligrosos! El retiro te facilitará la observancia los tres consejos que hemos dado. Retírate a la soledad, no con el cuerpo sino con el espíritu; la soledad del espíritu es la que se te recomienda, no la del cuerpo (San Bernardo).

El amor a la soledad.
Orad por la Orden del Carmelo.

ORACIÓN


Señor, que habéis dicho: “Si no os hacéis semejantes a niños, no entraréis en el reino de los cielos”, concedednos que imitemos de tal modo la humildad y sencillez de corazón de la virgen Santa Teresa, que logremos alcanzar las recompensas eternas. Por J. C. N. S.

Evangelio del día (Calendario Tradicional) - 3 de octubre de 2011

Mt 18,1-4

Biblia versión Nacar-Colunga
(1)  En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién será el más grande en el reino de los cielos?  (2)  El, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos,  (3)  y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.  (4)  Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos será el más grande en el reino de los cielos,

Biblia versión Torres Amat
Mat 18:1  En esta misma ocasión se acercaron los discípulos de Jesús , y le hicieron esta pregunta: ¿Quién será el mayor en el reino de los cielos?
Mat 18:2  Y Jesús , llamando a sí a un niño, le colocó en medio de ellos.
Mat 18:3  Y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y hacéis sencillos como a los niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Mat 18:4  Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése será el mayor en el reino de los cielos.

Biblia versión Jünemann
(1) En aquella hora acercáronse los discípulos a Jesús, diciendo: «¿Quién, pues, mayor es en el reino de los cielos?»  (2)  Y llamando a sí a un pequeñuelo púsole en medio de ellos,  (3)  y dijo: «En verdad dígoos; si no os mudareis e hiciereis como los pequeñuelos, no entraréis, no, en el reino de los cielos».  (4)  Quien, pues, se humillare como este pequeñuelo, ése es el mayor en el reino de los cielos».

Biblia Vulgata (latín)
(1) Vulgate  in illa hora accesserunt discipuli ad Iesum dicentes quis putas maior est in regno caelorum  (2)  et advocans Iesus parvulum statuit eum in medio eorum  (3)  et dixit amen dico vobis nisi conversi fueritis et efficiamini sicut parvuli non intrabitis in regnum caelorum  (4)  quicumque ergo humiliaverit se sicut parvulus iste hic est maior in regno caelorum

Comentario
CATENA AUREA de Santo Tomás de Aquino


Mateo 18:1-6 

En aquella hora se llegaron los discípulos a Jesús, diciendo: "¿Quién piensas que es mayor en el reino de los cielos?" Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "En verdad os digo, que si no os volviereis, e hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, éste es el mayor en el reino de los cielos. Y el que recibiere a un niño tal en mi nombre, a mí recibe. Y el que escandalizare a uno de esto pequeñitos, que en mí creen, mejor le fuera que colgasen a su cuello una piedra de molino de asno, y le anegasen en el profundo de la mar". (vv. 1-6)

San Jerónimo
Después que los discípulos vieron que se había pagado el mismo tributo por Pedro que por el Señor, dedujeron que Pedro era el primero de los apóstoles.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 58,2
Esta idea suscitó en ellos una especie de resentimiento, que da a entender el evangelista cuando dice: "En aquella hora se llegaron los discípulos a Jesús diciendo: ¿Quién piensas que es mayor en el Reino de los Cielos?" Se avergonzaban de confesar la pasión que sufrían y por eso no dicen abiertamente: ¿Por qué honraste más a Pedro que a nosotros? sino que preguntan de una manera general: ¿quién es mayor? Cuando distinguió el Señor a sus tres discípulos a la vez -a Pedro, a Santiago y a Juan- en la transfiguración, no experimentaron lo demás resentimiento alguno; pero cuando ven que uno solo es el honrado, se quejan los otros. Mas debemos considerar, primeramente, que no exigen las cosas de la tierra y además, que depusieron después este movimiento apasionado; pero nosotros no podemos llegar ni hasta sus defectos, porque no preguntamos quién es el mayor en el Reino de los Cielos, sino quién es el mayor en el reino de la tierra.

Orígenes, homilia 5 in Matthaeum
Si dudamos en alguna ocasión y no encontramos la resolución de las dudas, debemos imitar a los discípulos aproximándonos tranquilamente a Jesús, que tiene poder para iluminar los corazones de los hombres y hacerles entender toda clase de cuestión; preguntemos también a los doctores que están colocados al frente de las iglesias. Sabían los discípulos, al hacer esa pregunta, que en el Reino de los Cielos no eran iguales todos los santos; pero deseaban saber de qué manera se llegaba a ser el mayor y por qué camino se descendía a ser el menor. O también, por lo que el Señor les había dicho antes, sabían quién era grande y quién el menor; pero no comprendían quién sería el mayor entre muchos que eran grandes.

San Jerónimo
Mas el Señor, al ver sus pensamientos, quiso curar su deseo de vanagloria, mediante una comparación sumamente humilde. Por eso sigue: "Y llamando Jesús a un niño, etc."

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 58,3
Me parece una cosa muy bien hecha la presentación, en medio de ellos, de un niño inocente.

San Jerónimo
De manera que por su edad fuese el tipo de la inocencia. Por otro lado, el mismo Señor se presentó en medio de ellos como un niño, para demostrarles que no había venido para ser servido, sino para darles ejemplo de humildad. Otros significan por la palabra niño, al Espíritu Santo, a quien puso el Señor en el corazón de sus discípulos, para cambiar su orgullo en humildad. Sigue: "Y dijo: En verdad os digo, que si no os volviereis, e hiciereis como niños, etc." El Señor no mandó a los apóstoles que tuvieran la edad de los niños, sino que tuvieran su inocencia y que obtuvieran por sus esfuerzos lo que aquellos poseían por sus años, de manera que fueran niños en la malicia, pero no en la sabiduría (1Cor 14). Es como si dijera: así como este niño, que os propongo como ejemplo, no es tenaz en la cólera, olvida el mal que se le ha hecho, no se deleita en ver una mujer hermosa, no piensa una cosa y dice otra; de esta manera, vosotros, si no tuviereis esa inocencia y esa pureza de alma, no podréis entrar en el Reino de los Cielos.

San Hilario, in Matthaeum, 18
Llamó también niños a todos los creyentes, por su obediencia a la fe; éstos siguen a su padre, aman a su madre, no saben querer el mal, desprecian los cuidados de los afanes de la vida, no son insolentes, no tienen odio, no mienten, creen lo que se les dice y tienen por verdadero lo que oyen. Tal es el sentido literal.

Glosa
Si no os convertís de ese orgullo y de esa indignación en que ahora vivís, y no os hacéis por la virtud tan inocentes y humildes, como son los niños por su edad, no entraréis en el Reino de los Cielos, porque de este modo no se puede entrar. Cualquiera, pues, que se humillare como este niño será el mayor en el Reino de los Cielos.

Remigio
Esto es, en el conocimiento de la gracia, o en la dignidad eclesiástica, o en cierta bienaventuranza eterna.

San Jerónimo
O de otro modo, cualquiera que se humillare como este niño -es decir, el que se humillare a ejemplo mío- entrará en el Reino de los Cielos.
Sigue: "Y el que recibiere a un niño tal, en mi nombre, etc."

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 58,3
Esto equivale a decir: No solamente recibiréis una recompensa si os hiciereis como este niño, sino que si honrareis por mí a todos los que se hacen semejantes a un niño, yo determino para vosotros, como recompensa del honor que les habéis dado, el Reino de los Cielos. Y aun les propone otra cosa mayor, en estas palabras: "A mí recibe".

San Jerónimo
Efectivamente, recibe a Cristo aquel que imita su humildad y su inocencia. Y el Señor añade oportunamente, a fin de que los apóstoles no se atribuyesen a sí mismos el honor que se les había dado, que habían recibido ese honor, no por sus méritos, sino por los de su Maestro.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 58,3
Enseguida sigue: "Mas el que escandalizare, etc.". Lo que equivale a decir: Así como tienen una recompensa los que por mí honran a éstos, así también los que los deshonran deben sufrir los más terribles males. Y no os admiréis de que se llame escándalo al desprecio, porque muchos pusilánimes se escandalizan por los desprecios que se les hacen.

San Jerónimo
Observad que el que se escandaliza es un niño. Porque los mayores no se escandalizan y aunque pudieran tomarse estas palabras en un sentido general y aplicarse a todos los que escandalizan a otro, sin embargo, el enlace de las ideas exige, que puedan aplicarse también a los apóstoles, quienes por la pregunta que hicieron al Señor: ¿Quién sería mayor en el Reino de los Cielos? parecía como que debatían una cuestión de dignidad. Si ellos hubieran continuado en esta lucha, podrían por su escándalo haber perdido a todos los que llamaban a la fe, a causa de que veían a los apóstoles divididos por una cuestión de esa especie.

Orígenes, homilia 5 in Matthaeum
Mas ¿cómo aquel que ha sido convertido y hecho como un niño es también el más pequeño y capaz de ser escandalizado? Podemos resolver este reparo de la manera siguiente: todo el que cree en el Hijo de Dios y conforma su vida con los preceptos evangélicos, está convertido y se hace semejante a un niño. Por el contrario, el que no se convierte de tal manera, que quede hecho como un niño, es imposible que entre en el Reino de los Cielos. En toda reunión de creyentes hay algunos que hace poco tiempo que se han convertido y se esfuerzan por hacerse semejantes a los niños, pero aún no se han hecho niños; éstos son tenidos por pequeños en Cristo y capaces de ser escandalizados.

San Jerónimo
Cuando dice el Señor: "Mejor le fuera que colgasen a su cuello una piedra de molino, etc." Usa el Señor el lenguaje acostumbrado en la provincia, pues era costumbre entre los antiguos judíos, castigar a los mayores criminales arrojándolos al mar atados con una piedra y les convenía más este castigo. Porque es mucho mejor recibir un castigo breve, que el ser reservado para sufrir las penas eternas.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 58,3
Era una consecuencia de lo anterior el decir: "A mí no recibe", que era el más amargo de todos los males; pero como ellos eran groseros y no se movían por esto, el Señor, para manifestarles la pena que les está reservada, usa un ejemplo conocido, por eso les dice que les fuera mejor el sufrir este castigo. Porque es mucho más terrible el que les está reservado.

San Hilario, in Matthaeum, 18
En sentido místico, el castigo de la piedra de molino significa el mal de la ceguera, puesto que a los asnos, después de vendarles los ojos, se les hace dar vueltas con la piedra. Y muchas veces se designan con el nombre de asnos a los gentiles porque su misma ignorancia les hace ciegos; mas no a los judíos a quienes la misma ciencia de su ley les traza su camino. A éstos les hubiera sido mejor ser precipitados en el mar llevando al cuello la piedra del asno, es decir, de quedar sumergidos en los trabajos de los gentiles y en las tinieblas del siglo, que el de escandalizar a los apóstoles de Cristo. Porque hubieran tenido menos responsabilidad no conociendo a Cristo, que no habiendo recibido al Señor de los profetas.

San Gregorio Magno, Moralia, 11,17
O de otro modo, ¿qué otra cosa significa el mar, sino el siglo? ¿y qué la piedra del asno, sino las acciones terrenales, que aprietan el cuello del alma con los deseos insensatos y la hacen girar en el círculo del pecado? Hay ciertamente algunos que abandonan las acciones terrestres, y, despreciando la humildad, se elevan con una fuerza superior a la de su inteligencia hasta los ejercicios contemplativos; no sólo se precipitan en el error, sino que arrastran consigo a los que están débiles en la verdad. Al que escandaliza, pues, a uno de estos pequeñuelos le hubiera sido mejor que le hubieran arrojado al mar con una piedra al cuello. Porque hubiera sido más fácil para esta alma perversa el ocuparse en los negocios del mundo, que el entregarse a los ejercicios de la contemplación con perjuicio de muchos.

San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,24
O de otro modo, el que escandalizare a uno de estos pequeños -esto es, de esos humildes como los que quiere el Señor que sean sus discípulos- o con su desobediencia, o con su resistencia, como dice el apóstol sobre Alejandro (2Ti_4:14.), conviene que se le ate una piedra de asno al cuello y sea arrojado al fondo del mar, es decir, le conviene que la pasión que tiene por los bienes terrenales (a los que están atados los necios y ciegos), le lleve atado con esa carga a la muerte.

domingo, 2 de octubre de 2011

MES DE OCTUBRE EN HONOR DEL SANTÍSIMO ROSARIO

MES DE OCTUBRE EN HONOR DEL SANTÍSIMO ROSARIO





EL SANTO ROSARIO EN LATÍN


Como ya muchos conocen el modo de rezar el Santo Rosario en lengua vernácula y existen innumerables sitios en los que se pueden encontrar diversos métodos, hemos querido comenzar el mes de Octubre ofreciendo a nuestros lectores las fórmulas de esta magnífica devoción en latín. Conviene sobre todo a sacerdotes, religiosos y seminaristas, pero también puede servir para ilustrar la piedad de los seglares.

Incipit Sancti Rosarii recitatio
Per signum (†) Sanctae Crucis, de inimicis (†) nostris, libera nos (†), Deus noster. In nómine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.

Spiritus Sanctus invocatur:
Antiphona. Veni, Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium, et tui amoris in eis ignem accende.

V. Emitte Spiritum tuum et creabuntur.
R. Et renovabis faciem terrae.

Oremus. DEUS, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti: da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de eius semper consolatione gaudere. Per Christum Dominum nostrum. R. Amen.

Actus contritionis: O mi Domine Iesu, verus Deus et Homo verus, Creator, Pater et Redemptor meus, in qui credo et spero et quem super omnia diligo: me poenitet ex toto corde propter peccata mea quia Tu Deus bonus es ac me poenis inferni punire potes, et Tua gratia adiuvante emendationem in futuris polliceor. Amen.


Formula Rosarium offerendi: Domine Deus noster, dirige et educ omnes nostras cogitationes, verba, affectus, opera et desideria ad maiorem Tuum honorem et gloriam. Et Te, Virgo beatissima, a Filio Tuo largire ut attente ac devote hanc coronam Sanctissimi Tui Rosarii recitemus, quam pro Sanctae Matris Ecclesiae atque nostris necessitatibus tam spiritualibus quam temporalibus offerimus, necnon et pro bono vivorum et suffragio defunctorum gratulationis Tuae ac maioris nostrae obligationis.

Maria, Mater gratiae, Mater misericordiae: Tu nos ab hoste protege et hora mortis suscipe.

V. Dignare me laudare Te, Virgo sacrata.
R. Da mihi virtutem contra hostes tuos.

Mysteria hodie contemplanda gaudiosa – luminosa – dolorosa – gloriosa sunt.

Post enuntiationem omni mysterii Pater, decies Ave et Gloria Patri dicuntur.

In fine singuli mysterii: O mi Iesu, peccata nostra dimitte nobis, ab igne inferni defende nos; perduc in coelum onmium animas, eorum imprimis qui maxime misericordia Tua indigent.




Gaudii Mysteria

I. Incarnatio Verbi Dei ex Spiritu Sancto in sinu Virginis Mariae.
II. Visitatio Beatae Mariae Virginis ad Elisabeth.
III. Nativitas Filii Dei in Bethlehem Iuda.
IV. Purificatio Beatae Mariae Virginis et Presentatio Pueri in Templo.
V. Inventio Pueri in Templo in medio Legis doctorum.


Doloris Mysteria
I. Oratio Iesu Christi in horto Gethsemani super monten Olivarum.
II. Flagellatio Iesu Christi ad columnam.
III. Coronatio spinarum.
IV. Sanctae Crucis baiulatio.
V. Divini Salvatoris nostri crucifixio, mors et sepultura.



Gloriae Mysteria

I. Resurrectio Iesu Christi a mortuis.
II. Ascensio Iesu Christi in coelos.
III. Missio Spiritus Sancti Paraclyti as Apostolos.
IV. Gloriosa Beatae Mariae Virginis in coelum Assumptio.
V. Coronatio Beatae Mariae Virginis Regina coelorum in terris.


Gratiarum actio: Gratias innumeras agimus Tibi, Augusta Principissa, propter omnia beneficia a munificentissima manu Tua accepimus: dignare, Domina nostra, nos sub Tua protectione et refugio semper conservare, ad quem dicimus Tibi:

Antiphona. Salve, Regina, mater misericordiae, vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

V. Ora pro nobis, sancta Dei Genetrix.
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Oremus. Deus cujus Unigénitus per vitam, mortem et resurrectiónem suam nobis salútis aeternae praemia comparávit: concéde, quaesumus; ut, haec mystéria sacratíssimo beátae Mariae Virginis Rosário recoléntes, et imitémur quod cóntinent, et quod promíttunt, assequámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. R. Amen.





LITANIAE LAVRETANAE BEATAE MARIAE VIRGINIS

Adprobatae a Sixto PP V cum bulla Reddituri 11 iulii A.Dni. 1587


Kyrie eleison
Christe eleison
Kyrie eleison
Christe, audi nos
Christe, exaudi nos
Pater de coelis, Deus, miserere nobis
Fili, Redemptor mundi, Deus, miserere nobis
Spiritus Sancte, Deus, miserere nobis
Sancta Trinitas, unus Deus, miserere nobis
Sancta Maria, ora pro nobis
Sancta Dei Genitrix, ora pro nobis
Sancta Virgo virginum, ora pro nobis
Mater Christi, ora pro nobis
Mater Ecclesiae, ora pro nobis
Mater Divinae Gratiae, ora pro nobis
Mater purissima, ora pro nobis
Mater castissima, ora pro nobis
Mater inviolata, ora pro nobis
Mater intemerata, ora pro nobis
Mater immaculata, ora pro nobis
Mater amabilis, ora pro nobis
Mater admirabilis, ora pro nobis
Mater boni consilii, ora pro nobis
Mater Creatoris, ora pro nobis
Mater Salvatoris, ora pro nobis
Virgo prudentissima, ora pro nobis
Virgo veneranda, ora pro nobis
Virgo praedicanda, ora pro nobis
Virgo potens, ora pro nobis
Virgo clemens, ora pro nobis
Virgo fidelis, ora pro nobis
Speculum iustitiae, ora pro nobis
Sedes sapientiae, ora pro nobis
Causa nostrae laetitiae, ora pro nobis
Vas spirituale, ora pro nobis
Vas honorabile, ora pro nobis
Vas insigne devotionis, ora pro nobis
Rosa Mystica, ora pro nobis
Turris davidica, ora pro nobis
Turris eburnea, ora pro nobis
Domus aurea, ora pro nobis
Foederis arca, ora pro nobis
Ianua Caeli, ora pro nobis
Stella matutina, ora pro nobis
Salus infirmorum, ora pro nobis
Refugium peccatorum, ora pro nobis
Consolatrix afflictorum, ora pro nobis
Auxilium christianorum, ora pro nobis
Regina angelorum, ora pro nobis
Regina patriarcharum, ora pro nobis
Regina prophetarum, ora pro nobis
Regina apostolorum, ora pro nobis
Regina martyrum, ora pro nobis
Regina confessorum, ora pro nobis
Regina virginum, ora pro nobis
Regina sanctorum omnium, ora pro nobis
Regina sine labe originale concepta, ora pro nobis
Regina in caelum assumpta, ora pro nobis
Regina Sacratissimi Rosarii, ora pro nobis
Regina familiae, ora pro nobis
Regina pacis, ora pro nobis
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, parce nobis, Domine
Agnus Dei qui tollis peccata mundi, exaudi nos, Domine
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis

Antiphona. Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genetrix: nostras deprecationes ne despicias in necesitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta.

V. Ora pro nobis, Sancta Dei Genetrix.
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Oremus. Concede nos, fámulos tuos quaésumus Dómine Deus, perpetua mentis et córporis sanitáte gaudére, et gloriósa beatae Maríae semper Vírginis intercessione, a praesenti liberári tristitia, et aeterna pérfrui laetitia. R. Per Christum Dóminum nostrum. R. Amen.


Ad Sanctum Ioseph Leonis PP XIII precatio pro mense octobris: Ad Te, beate Ioseph, in tribulatione nostra confugimus, atque, implorato Sponsae tuae sanctissimae auxilio, patrocinium quoque tuum fidenter exposcimus. Per eam, quaesumus quae te cum immaculata Virgine Dei Genetrice coniunxit, caritatem, perque paternum, quo Puerum Iesum amplexus es, amorem, supplices deprecamur, ut ad hereditatem, quam Iesus Christus acquisivit Sanguine suo, benignus respicias, ac necessitatibus nostris tua virtute et ope succurras. Tuere, o Custos providentissime divinae Familiae, Iesu Christi subolem electam; prohibe a nobis, amantissime Pater, omnem errorum ac corruptelarum luem; propitius nobis, sospitator noster fortissime, in hoc cum potestate tenebrarum certamine e caelo adesto; et sicut olim Puerum Iesum e summo eripuisti vitae discrimine, ita nunc Ecclesiam sanctam Dei ab hostilibus insidiis atque ab omni adversitate defende: nosque singulos perpetuo tege patrocinio, ut ad tui exemplar et ope tua suffulti, sancte vivere, pie emori, sempiternamque in caelis beatitudinem assequi possimus. R. Amen.


Ad mentem Romani Pontificis precamur ut omnes indulgentias Sanctissimo Beatae Mariae Virginis Rosario concessas consequamur: Pater, Ave, Credo.

Et fidelium animae, per misericordiam Dei, requiescant in pace. Amen.

V. Nos, cum prole pia.
R. Benedicat Virgo Maria.

Et sic Rosarium terminatur.



HIMNO AL ROSARIO EN ESPAÑOL


Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo, que lo ha fundado.

El demonio a la oreja
te está diciendo:
no reces el Rosario
sigue durmiendo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo, que lo ha fundado.

Quien quiera bendiciones,
paz y alegría,
rezar debe el Rosario
todos los días.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Los dieces del Rosario
son la escalera
para subir al cielo
las almas buenas.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

Devoto de María:
si gracias quieres
rezarás el Rosario
y nunca peques.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.

El Rosario a María
todos debemos
rezarle cada día
para ir al cielo.

Viva María, viva el Rosario,
viva Santo Domingo que lo ha fundado.